En la lucha por la igualdad de género y el respeto a los derechos individuales, uno de los pilares fundamentales es el consentimiento. Más allá de ser un mero requisito legal, el consentimiento es un principio esencial que respalda la autonomía y la dignidad de las personas. El consentimiento es mucho más que una formalidad; es una expresión de respeto y consideración hacia los deseos y límites de la otra persona. En una sociedad que avanza hacia la igualdad y el empoderamiento de las personas, es crucial reconocer que cada individuo tiene el derecho inalienable de tomar decisiones informadas y autónomas sobre su propio cuerpo y su vida sexual. Las leyes y regulaciones en muchas jurisdicciones han evolucionado para reflejar la importancia del consentimiento como pilar de la igualdad real entre hombres y mujeres.
Ser una referente va mucho más allá de ganar partidos, ligas y mundiales. Ser una referente implica tener en cuenta que las niñas que decidan guiar sus pasos hacia una carrera deportiva (especialmente en el fútbol) tendrán que enfrentarse a un entorno hostil que se empeñará en invisibilizar la violencia machista.
Restarle importancia a un beso robado, a un acto sexualizado que nada tiene que ver con una celebración deportiva, es enseñar a las niñas que, tal y como ha manifestado la madre de Jenni:
“Hay que mirar que son campeonas del mundo, lo demás no tiene importancia”
Marisol Fuentes, madre de Jenni Hermoso
Pues sí, sí que la tiene. Que el presidente de la Real Federación de Fútbol de España (RFEF), Luis Rubiales, besara a Jenni Hermoso, delantera de la Selección Española de Fútbol sin que mediara consentimiento, es un acto que reviste gravedad y preocupación para todas aquellas personas que creemos que la importancia está en las pequeñas cosas, en aquello que la sociedad se esfuerza por invisibilizar, por hacer irrelevante.
Un beso no consentido en el contexto deportivo es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del consentimiento en nuestras interacciones diarias. A través del respeto y la consideración por los deseos y límites de los demás, podemos crear un entorno en el que todas las personas se sientan valoradas y respetadas. En el deporte y en la vida en general, el consentimiento es un principio fundamental que debe ser respetado, sin excepción.
La importancia del consentimiento no puede ser subestimada. Es un derecho fundamental y un indicador claro de una sociedad que valora la autonomía y la dignidad de todas las personas, independientemente de su género u orientación sexual. Las leyes y regulaciones que respaldan el consentimiento son un paso adelante en la construcción de una cultura de respeto e igualdad, pero también depende de cada uno y una promover un cambio real y duradero.
El revuelo causado por este incidente muestra que la sociedad es cada vez más consciente de la importancia del consentimiento y la necesidad de establecer límites claros en las interacciones personales. A medida que avanzamos hacia una cultura de respeto y igualdad, es crucial que las figuras públicas, incluidos los líderes deportivos, den el ejemplo al respetar los deseos y límites de los demás.
El acto del presidente de la Federación Española de Fútbol al besar a la futbolista sin su consentimiento es un claro ejemplo de una falta de respeto hacia su autonomía y su dignidad. A pesar de la alegría y la emoción de la victoria, el respeto por los límites y deseos de cada individuo debe ser una prioridad. Este incidente también resalta la necesidad de educación y concienciación sobre el consentimiento, y nos recuerda que, independientemente del contexto, el consentimiento es esencial en todas las interacciones humanas. Incluso en medio de la celebración y la euforia, no podemos pasar por alto la importancia de considerar los sentimientos y deseos de los demás. En el deporte y en la vida cotidiana, el consentimiento es una expresión de respeto y consideración hacia las mujeres.
Es esencial entender que el consentimiento no es solo una formalidad, sino un indicador de respeto mutuo y una expresión de autonomía individual.
- Fotografía Luis Rubiales y Jenni Hermoso – AFP y EFE