La tarde del 26 de abril ocurrió algo en Can Jonch. Mirar de frente a la violencia, la desigualdad y la vulneración sistemática de los derechos humanos, produce siempre una sensación de vértigo, de náuseas, como si la culpabilidad por gozar de una seguridad anclada en el privilegio de occidente quebrantara nuestra tranquilidad del día a día. La muerte, la desesperación y el dolor no se viven igual en todas partes.
Morena Herrera
